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Recomendaciones del especialista Darío Colombatto para que la actividad se adapte a los tiempos que corren y no pierda su vigor.

“Andamos como uruguayos malo, cada uno con su mate”, ironiza Darío Colombatto al referirse a las consecuencias que el Coronavirus ha generado en la ganadería. La pandemia no ha dejado rubro sin condicionar, en mayor o menor medida y en ese universo afectado, la ganadería debe moverse en torno a estas especiales circunstancias.

El especialista, en diálogo con ESPACIO PRIMIA, espera que no se cometa la “locura total” de cerrar las exportaciones y recomienda a los productores planificar, priorizar las actividades en función de lo “realmente importante” y tener en cuenta que se trata de un ciclo biológico larguísimo. “Se nos va a pasar el mundial de Qatar y vamos a estar esperando comer los novillos, los que hoy son fetos en la panza de sus madres”.

Darío Colombatto es ingeniero agrónomo, doctorado en Ciencias Animales en el Reino Unido,  docente, asesor de numerosas explotaciones agropecuarias y un activo participante de las redes sociales, especialmente en Twitter, donde exhibe sin tapujos su defensa de la actividad.

Desarrolla su labor a campo en provincia de Buenos Aires, sur de Córdoba y un sector de Entre Ríos, especialmente. Y en menor medida en Santiago del Estero, Salta, Río Negro, San Luis, Uruguay y parte de Chile.

La irrupción del Coronavirus en la actividad pecuaria

Las restricciones de circulación impuestas por el Gobierno implican que las visitas a campo están canceladas. “La última que yo tuve fue el 20 de marzo y a partir de ahí si bien han pasado pocos días hemos hecho algunos trabajos por mail, Skype, Zoom y otras herramientas multimedias –señala en diálogo con ESPACIO PRIMIA-. Se van a incrementar, salvando algún viajecito muy esencial, que no me quede a más de 300 kilómetros para ir y volver en el día. No hay hoteles abiertos y meterme en la casa de alguien por más amigo que sea es meter a alguien que viene de afuera y estaríamos violando la cuarentena o poniendo en riesgo a las personas”.

Respecto a las consecuencias de la pandemia en la actividad de los ganaderos, el especialista comenta que “se han suspendido las recorridas en camioneta con el encargado y las rondas de mate (andamos como uruguayos malos, cada uno con el suyo, bromea). Los que viven en el campo están trabajando al aire libre y tienen que cuidarse en los trabajos de manga para no generar aglomeraciones importantes de gente. Pero tienen una ventaja comparativa en el sentido que estar afuera no está contraindicado en el campo. Vos podés hacer una cuarentena en un campo de mil hectáreas, en cualquier lugar”.

En esta coyuntura Colombatto considera que hay tareas no esenciales que se deben limitar. Ejemplifica: “si vos tenías como rutina pesar los animales en marzo, bueno, no los peses. Si esa tarea no venía acompañada con una rutina específica, como una vacunación contra enfermedad respiratoria, mancha o carbunclo que matan animales, como no era algo esencial no se hace”.

Del mismo modo, se puede demorar un tacto. “No los va a matar no saber el dato de preñez hasta dentro de un mes o ni siquiera saberlo. En lugares que tenemos 92 ó 93 % de preñez, saber si estamos en esos porcentajes similares es lo mismo no va a cambiar nada.

“Lo que no sea esencial no lo hagamos; evitemos lo que sea juntar gente en las mangas, las recorridas de a dos o tres paisanos, cada uno tendrá que ir por su lado. Hay que romper con una inercia de manejo social que es difícil de hacer, pero en teoría son pocos días, pero pocos días pueden ser 90”.

Consultado sobre las consecuencias en el mercado que pueden derivar del Coronavirus, Colombatto hace hincapié en que es una situación inédita. “Cuidado que en las crisis uno tiende a encerrarse en la mesa chica y si hay tres o cuatro talibanes, ojo. Podés llegar a tomar decisiones influido por ellos que no van a ser seguramente buenas para la mayoría o al menos no van a ser buenas para el sector agroganadero”.

El especialista advierte que ya han aparecido voces “que no son inocentes, de pseudo analistas del mercado ganadero, de pseudo carniceros, que salen por televisión a decir que la carne se dispara por culpa del novillo, que hay que cerrar la exportación y demás. Y que para manejar la mesa de los argentinos se cierre la exportación. En un  momento en que Europa está cerrada de facto y que China se está recuperando rapidísimo y es una enorme oportunidad para mantener algunas plantas trabajando sería una locura total. Hay un miedo que hay que mantener bien adelante, para que quienes están en contacto con las autoridades les vayan advirtiendo que es una medida que no va a ayudar a nadie”.

Con el mercado europeo cerrado y con China debajo del dinamismo de años anteriores, se puede llegar a suponer que exista una sobreoferta en el mercado local. “No la veo –dice Colombatto- porque lo que iba a pasar en febrero, marzo y abril era una suba bastante considerable de la carne porque las existencias en los corrales eran muy bajas en noviembre o diciembre. A lo sumo algo de esa carne de exportación se va a volcar al mercado interno, pero no creo que como para que haya un puré de carne y haga bajar los precios tremendamente. Bajarían si corta China, no te dejan salir con la vaca, con cortes de otras categorías que van a otros mercados sacando Europa. Ahí sí podría haber una pequeña sobreoferta y hacer bajar un poco los precios”.

Con respecto a las recomendaciones en esta coyuntura para los ganaderos, Colombatto resalta que se deben “priorizar las actividades en función de lo realmente importante. El invierno va a llegar con Coronavirus o sin Coronavirus y las vacas van a parir en el invierno. Lo que podamos hacer para ahorrar pasto en otoño –estoy hablando para la provincia de Buenos Aires- y diferirlo para el invierno va a redundar en un mejor preparto de la vaca y un mejor retorno al celo para su posterior servicio.

“En términos prácticos, es si no se destetó, destetar, eso es esencial, separar el ternero de la vaca. Si el estado corporal es bueno, la vaca puede soportar una restricción alimenticia porque su requerimiento no es alto. Mientras mandas a la vaca a un potrero con menos pasto, dejás que se recuperen o se mantengan con cantidad de pastos los que estaban antes y esos son los potreros que vas a usar para el preparto y el parto de las vacas. Porque el invierno va a llegar y nosotros no tenemos que perder de vista que nuestro negocio es producir kilos de  ternero y que los kilos de terneros van en función de su edad y de cuantos nacieron. Cuanto más terneros tenga nacidos el primer mes de parición, más pesados van a ser los terneros a la misma fecha del año que viene”.

Colombatto recomienda no olvidar que este es un ciclo “larguísimo. Los terneros que destetamos ahora son novillos de mediados de 2021, por lo menos y las vacas preñadas hoy van a parir su ternero en julio de 2020. Ternero que va a ser destetado a marzo 2021 y novillos de mediados o fines de 2022. Se nos va a pasar el mundial de Qatar y vamos a estar esperando comer los novillos, los que hoy son fetos en la panza de sus madres”.

En una etapa tan larga, en un ciclo biológico tan prolongado “es imperativo que la planificación del balance forrajero continúe como si no hubiera ninguna pandemia dando vueltas. Son tareas que se pueden hacer en la computadora y hay que aprovechar esta época para pensar y planificar mucho”.

La situación, hoy

Más allá de la coyuntura global que implica la irrupción del Coronavirus y su impacto final, aún indeterminado, en la cadena agroalimentaria, Colombatto vislumbraba un 2020 “que arrancaba con los estertores de una sequía que no había golpeado tan fuerte a los pesos al destete, con lo cual el inicio de la recría iba a ser un interesante. La mayor parte de las zonas productivas había recuperado la producción a partir de algunas lluvias en febrero; en algunos casos llovió en principios de marzo, pero todas estaban con una situación de dinamismo interesante para arrancar con los planteos de recría”.

Colombatto resalta la incidencia del otoño en los planteos ganaderos. “Lo que se intenta hacer es capturar la mayor parte de los kilos de crecimiento por vía pastoril, que da un margen económico positivo y asegurar la terminación por vía de un corral que además es la carne que más demanda nuestro consumidor. Aunque en cualquier encuesta telefónica el consumidor dice que prefiere la carne a pasto, busca un color de la carne roja y un color de la grasa blanca y eso no se logra con otro sistema que no sea la terminación a corral de por lo menos 60 a 75 días”.

El otoño es la estación “más importante de todas” por ser “el arranque de la etapa y al mismo tiempo tener el principal diferencial entre lo que podrías ganar y lo que ganás realmente. En invierno se puede ganar un poquito más o un poquito menos, pero siempre se gana menos que en otoño y mucho menos que en primavera. Y en primavera se recupera solamente una parte de lo que no se ganó en otoño/invierno. Entonces, yo le doy mucha importancia al otoño como una estación bien importante a la hora de ver cómo va a ser mi recría. Si voy a poder duplicar el peso de los animales antes de entrar al corral, que es un punto que me interesa mucho dejar marcado”.

El objetivo a alcanzar, según el especialista, es arrancar con un ternero de 180 kilos y tratar de llegar a duplicar el peso antes de entrar al corral y salir de allí con un animal de con 460 ó 480 dirigido a la exportación. Para terminar con un animal más liviano, para el mercado local, no va a ser necesario duplicar el peso en una recría, que va a ser más corta y con menos kilos ganados.

“Sin un control tan presencial o físico como solíamos tener en estos dos o tres meses que sigan todo está dado, por lluvias y temperaturas para tener un buen pasto en lo que es abril, mayo y probablemente junio”.

Desde el punto de vista de la cría “los destetes se están dando bien, con buen peso y el estado de las vacas que llegué a ver hasta mediados de marzo es bueno”. Colombatto aclara que esto no constituye necesariamente la media nacional, dado que sus clientes integran el 20% más eficiente de la producción. “Son los que pagan asesores y estamos vinculados con grupos Crea y de empresarios más grandes. Entonces –resalta- lo que uno ve es al fotografía de un segmento alto de la producción”.

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