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Irene Ceconi es una apasionada de su trabajo. Podría dedicarnos horas a contarnos sobre la temática. Altamente capacitada, con Maestría y Doctorado en nutrición animal, nos cuenta desde el INTA Villegas su experiencia y sus recomendaciones sobre esta práctica que sin duda genera muchos beneficios en la terminación a corral.

Nacida en Rosario, Santa Fe, hija de un abogado y una ingeniera agrónoma, Irene Ceconi abrazó la profesión de su madre. Egresada de la Facultad de Ciencias Agrarias con sede en Zavalla, perteneciente a la Universidad Nacional de Rosario, ya desde el principio se dedicó a la investigación. Realizó sus primeras experiencias como pasante en la Facultad y en el INTA de Pergamino. Posee una Maestría en Nutrición Animal de bovinos para carne cursada en la Unidad Integrada Facultad de Ciencias Agrarias-INTA de Balcarce, y entró al INTA Villegas ya como personal fijo. Años después, cuando ya tenía focalizada sus líneas de investigación, realizó un Doctorado en la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, con especialización en nutrición en feedlot.

– ¿Cómo se define el tema de “lectura de comederos” en tu carrera?

– El tema nos despertó mucho interés dentro del grupo de trabajo de nutrición animal en INTA Villegas. Veníamos trabajando en diferentes ensayos, que si bien nos generaban algunas respuestas, también aparecían ciertos interrogantes. Es basándonos en esos interrogantes que surge la necesidad de realizar nuevos ensayos y así se genera un círculo virtuoso.

El tema de lectura de comederos nos interesaba tanto desde el punto de vista experimental, para resolver algunas dudas que teníamos, como desde el punto de vista práctico para que los productores lo entiendan y lo puedan aplicar correctamente.

Cuando consultábamos a productores de la zona acerca de si realizaban la lectura de comederos, nos respondían afirmativamente. Pero cuando les pedíamos que nos cuenten cómo lo hacían, nos dábamos cuenta que no había una práctica controlada y correcta. Realizaban sí, algunos ajustes más a ojo, pero no existía una rutina práctica sistematizada. Sabían que si sobra alimento hay que dar menos, y si el comedero está limpio, deben dar más. Pero esos ajustes no respondían a la necesidad de estabilizar los consumos y reducir variaciones.

“Esta guía es para todos los productores de ganado bovino, independientemente de la escala que tengan; permite generar un marco para que aquellos que ya vienen trabajando en buenas prácticas sean visibilizados y para que los que quieran empezar a trabajar en el tema tengan algo en qué basarse”, comentaron de CREA.

– ¿Cuál es el escenario que desde el INTA ven sobre esta práctica?

– La verdad, es muy variable. Hay tanta diversidad como tipos de productores o establecimientos encuentres. Algunos establecimientos de punta que encierran muchos animales por año, normalmente tiene los controles y la aplicación de la técnica de lectura de comederos muy afinada. En el otro extremo está el que no la aplica, y en el medio, lo que te puedas imaginar. Desde casos en que hacen muy poco, como otros que sí la aplican,  algunos bien y otros de modo incorrecto. Por ejemplo, cuando se encuentran con un rechazo, saben que tienen que dar menos, pero no tienen claro cuánto menos. La cantidad la determinan a ojo, o peor, retrasan el horario de la entrega de la comida, generando disturbios en la rutina de alimentación. Cuando vemos productores que la implementan o tienen intención de implementarla, en muchos casos son necesarios ajustes para llegar a realizarla correctamente.

– ¿Es posible el pasar del autoconsumo al mixer?

– El encierre, sobre todo en las etapas finales, es un sistema ya instalado. Todo lo que podamos hacer para mejorar esa etapa es bienvenido. No hace falta pasar de un sistema de tolva de autoconsumo a un feedlot con piso de cemento. Existen alternativas intermedias, estructuras relativamente simples que se pueden realizar. Desde el INTA realizamos giras agrícolas ganaderas, donde asesoramos y recomendamos algunas mejoras.

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Hay estructuras simples, como corrales con alambrados sencillos  y comederos hechos con tambores plásticos elevados con estructuras de hierro, etc. Estas estructuras inclusive pueden trasladarse cada cierta cantidad de años a diferentes lugares dentro del campo.

Obviamente el mixer es necesario, pero vemos muchos productores que tienen ya el equipo y por cansancio o problemas de personal, abandonan la práctica. Ésos son los principales productores que pueden mejorar mucho la eficiencia de su producción con relativamente poca inversión.

Foto de Alambrado simple y trasladable - Establecimiento Don Paco, en la localidad de Daireaux
Alambrado simple y trasladable – Establecimiento Don Paco, en la localidad de Daireaux
Foto de Comederos elevados, movibles y económicos - Establecimiento Don Paco, en la localidad de Daireaux
Comederos elevados, movibles y económicos – Establecimiento Don Paco, en la localidad de Daireaux

– ¿Cuál es la recomendación del INTA para realizar la lectura?

– La lectura en sí consiste en recorrer los corrales e ir mirando los comederos para determinar la ausencia o presencia de rechazos y basándonos en este resultado, definir cuánto alimento ofrecer a los animales y cuántos kilos suministrar en el comedero. Por lo tanto, antes de indicarle al mixero cuánto tiene que cargar, hay que realizar la lectura.

La práctica que nosotros utilizamos, tanto en el feedlot experimental como en el de animales comerciales de INTA Villegas, se basa en una escala simple, de 0, 1 y 2. Si bien existen muchas opciones de escalas, es un ejemplo sencillo para entenderla, que es el objetivo principal. Una vez que se comprende el concepto y la mecánica, uno puede establecer una escala tan simple o compleja como quiera.

Escala:

– 0 representa: comedero lamido, limpio. La cantidad de rechazo o alimento remanente es 0 kg

– 1 representa: presencia de migajas, donde se puede ver el fondo del comedero. La interpretación es que el animal está comiendo a voluntad, sin que le falte ni le sobre en demasía. Aquí nuevamente, la cantidad de rechazo es 0 kg.

– 2 representa: un comedero con un rechazo mayor, donde no se ve el fondo del comedero. Ahí se debe calcular cuánto representa el sobrante. En este caso, es importante una pequeña capacitación/entrenamiento de quien realiza la lectura para poder estimar rápidamente la cantidad de alimento sobrante. Esto puede realizarse estimando visualmente la cantidad de alimento sobrante en algunos tramos del comedero y luego, recolectando y pesando con una balanza portátil, de ésas que se usan para ir a pescar por ejemplo, para ir “ajustando el ojo”.

De izquierda a derecha, scores 0 (comedero lamido), 1 (migajas), 2 (presencia de rechazos estimada en 1 kg/segmento de comedero)
y 2 (presencia de rechazos estimada en 2 kg/segmento de comedero) según una mecánica de lectura de comedero
en un corral de terminación donde se entrega una ración con 77% de grano de maíz (base seca).

Una vez determinado cómo está el comedero, es necesario definir cuál va a ser la oferta de alimento a cargar. En caso de leer un score de 1, no debemos hacer ningún cambio, ofrecemos lo mismo que el día anterior.  El animal nos está mostrando que está bien.

En caso de encontrar un score de 0, o sea un comedero limpio, debemos dejar que los animales nos confirmen ese 0 por 2 o 3 días consecutivos. Por lo tanto, no debemos hacer cambios durante esos 2 o 3 días. Solo luego de la segunda o tercera lectura consecutiva de score 0, confirmamos definitivamente que los animales necesitan comer más. Ahí es donde se incrementa la cantidad a suministrar en 0,5 kg por cabeza (base tal cual).

Al encontrarnos con un score de 2, debemos determinar la cantidad de kilogramos que hay de rechazo en el comedero. Este dato nos sirve para complementar la cantidad ajustada a suministrar. Por ejemplo, si encuentro un rechazo de 10 kg, se debe ofrecer la misma cantidad del día anterior menos la mitad de este rechazo. En este caso, si el día anterior ofrecí 100 kg y hoy encontré un rechazo de 10 kg, debo ofrecer 95 kg. Por lo tanto, la oferta debe ser de 95 Kg, pero al haber 10 kg en el comedero, el mixero debe suministrar sólo 85 kg. Debe quedar clara entonces la diferencia entre “oferta” (lo que yo quiero que los animales tengan disponible en el comedero) y “suministro” (lo que el mixero debe agregar al comedero para lograr esa oferta deseada).

La mecánica de lectura de comedero, además de buscar mejorar la conversión de alimento   debido, según la bibliografía, a una ligera reducción en el consumo potencial de los animales sin afectar la ganancia de peso, permite reducir la incidencia de desórdenes digestivos, permite mejorar la higiene de los corrales, reduciendo la presencia de restos que se puedan pudrir y por ende la de roedores; en caso de lluvias no hay remanentes que puedan generar hongos, etc.

– ¿Nos dejas una recomendación final?

– Nuestra recomendación es que hay que hacer lectura de comederos. En un sistema en donde están en juego, alimentos caros, maquinaria, combustible, personal, etc., aplicar la lectura de comederos tiene costo cero. Solo entrenar al personal, nos permite realizar ajustes finos que derivan en una mayor eficiencia del sistema, no solamente desde el punto de vista de la eficiencia de conversión de los animales, sino también evitar desperdicios y mejorar la higiene de los ambientes.

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