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Es una de las enfermedades que más impacta en los rodeos ganaderos. Tos seca, incremento en la frecuencia respiratoria, fiebre, pérdida del apetito, descarga nasal y diarrea son algunos de los síntomas más comunes que aparecen cuando un ternero padece de neumonía.

La neumonía en terneros es una enfermedad infectocontagiosa de curso agudo o crónico que puede generarse por diversos factores. Algunos de ellos surgen durante el manejo. También puede deberse a un estado inmunológico frágil del ternero, agentes infecciosos que se encuentran en el medio ambiente o la flora normal del animal que evoluciona hacia una invasión bacteriana secundaria.

Es común escuchar de pérdidas de terneros, muchas veces debido al poco conocimiento o como consecuencia de diagnósticos equívocos. Un mal manejo, un calostrado deficiente, una mala alimentación en la guachera, un plan sanitario ausente, o simplemente un desconocimiento de las enfermedades que los afectan, pueden ser las principales causas de mortandad en terneros.

Este complejo de enfermedades respiratorias pueden ser provocadas por una variedad de factores que, actuando en conjunto, permiten la colonización microbiana del pulmón y causan dificultad respiratoria grave, con posibilidad de muerte.

La neumonía se puede presentar en terneros desde la 1ª semana de vida hasta los 2 años de edad. Son frecuentes sus apariciones luego del destete. En ese periodo es recomendable tomar algunas medidas preventivas, ya que luego de esta etapa y al desarrollarse el animal, su impacto es menor.

El inicio de la patología está asociado con la exposición de los animales a situaciones de estrés, derivando en un debilitamiento de su sistema inmunológico, lo cual facilita el desarrollo de bacterias patógenas. La propagación de la enfermedad en el rodeo, puede deberse a factores como la nutrición, el ambiente, la incorporación de animales de otro origen, el transporte y movimiento de hacienda.

“El estrés juega aquí un papel preponderante. Se debe prestar total atención a los aspectos nutricionales, inmunitarios y ambientales. En esta compleja enfermedad participan múltiples factores relacionados con el medio ambiente (cambios bruscos de temperatura, humedad, lluvias, temporales, etc.), manejo (hacinamiento, nutrición, incorporación de animales de otro origen, transporte y movimiento de hacienda) y agentes infecciosos (bacterias y virus)”, asegura la M.V. Marta Graciela Borsella, en su trabajo publicado: “Neumonías y prevención”. En producciones de feedlot, el destete y transporte son los principales factores de estrés que desencadenan neumonías fatales.

Microorganismos involucrados:

Bacterias: Pasteurella multocida, Mannheimia (Pasteurella) haemolytica, Haemophilus somnus son considerados como habitantes normales de las vías respiratorias altas. Además puede estar implicado Mycoplasma spp y Corynebacterium pyogenes como invasor secundario en neumonías crónicas.

Virus: Parainfluenza 3 (PI3), Virus de la Rinotraquitis Infecciosa Bovina (IBR), Virus de la Diarrea Viral Bovina (BVD) y Virus Sincisial Respiratorio (BRSV).Cuando no se implementan los tratamientos adecuados, esta enfermedad puede afectar hasta el 100% de los animales del lote y producir hasta un 25% de mortalidad en el mismo.

Síntomas

En el comienzo de un brote, los animales no aparentan estar enfermos cuando se los examina a la distancia. Pero el 10% de los animales -aparentemente normales- tendrán fiebre que fluctuará de 40 a 41 ºC sin ninguna otra anormalidad clínica.

En los bovinos afectados se reconocen síntomas como: respiración superficial y rápida, tos débil que puede hacerse más intensa y frecuente si se obliga al paciente a caminar, depresión, fiebre, orejas caídas e inapetencia. Los animales que han permanecido enfermos durante varios días tienen el abdomen deprimido debido a la anorexia. Es común observar una secreción nasal muco-purulenta, nariz costrosa y lagrimeo.

Si se tratan tempranamente, los animales se recuperan, pero en casos graves y en aquellos que han estado enfermos varios días pueden morir o convertirse en enfermos crónicos. Si se trata con el antibiótico apropiado ni bien se detecta la enfermedad, pueden recuperarse en 48 horas. Aproximadamente el 85 – 90% del ganado afectado se recuperará antes de las 24 horas, si se trata con algún antibiótico al cual el microorganismo sea sensible.

El control de las enfermedades respiratorias se basa principalmente en los siguientes puntos:

  • Plan sanitario completo y al día.
  • Monitoreo y detección temprana.
  • Identificación y aislamiento de los animales enfermos en forma clínica o subclínica, y su inmediato tratamiento, con un antibiótico específico.
  • Evitar en lo posible, las condiciones de manejo que provocan estrés.
  • Adecuar las instalaciones a los animales y no ellos a las instalaciones.

Para prevenir podemos trabajar en minimizar el estrés al que son sometidos los animales, mejorando las condiciones a su arribo y considerando donde serán encerrados, aumentar las defensas mediante la aplicación de vacunas y alimentación con antibióticos preventivos que contemple los agentes infecciosos involucrados en la enfermedad.

La nutrición tiene un papel fundamental para lograr estimular el sistema inmunológico. El uso de dietas específicas de recepción con ingredientes de alta digestibilidad, elevados valores de proteína de alto valor biológico y el agregado de aditivos son fundamentales para disminuir la morbilidad y mortalidad.

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