Recomendaciones del consultor de empresas y especialista Hugo Quattrochi para salir airosos en tiempos de crisis y con márgenes estrechos y, a veces, negativos.
Escuche a continuación el audio de la nota completa a Hugo Quattrochi.
Hugo Quattrochi es palabra autorizada en lechería. Consultor de empresas y especialista en el rubro, sostiene que en la actividad se destacan las empresas con flexibilidad en los procesos productivos y aquellas que mantienen un buen diseño de los activos.
En cuanto a la situación coyuntural, precisa que los tambos están “muy embalados en producción”, pero muy afectados por el deterioro del precio de la leche ante la inflación en suba, la devaluación y el aumento de los precios de los granos.
La foto y la película
Al formular un análisis sobre el año de la lechería, entrevistado por ESPACIO PRIMIA, Hugo Quattrochi puntualizó que el 2020 se inició con una producción de lecho un poco más alta que el verano anterior, que había tenido calores muy fuetes. “Pero luego llegó todo el condicionamiento por el Coronavirus. Más allá de generar cierta incertidumbre en el corto plazo cuando arrancó la pandemia, luego fue aflojando pero generó bastante ansiedad en el sector ante la posibilidad de tener un superávit de producción de leche que el mercado no pudiera absorber”.
Así es como surgieron voces “vaticinando posibles tsunamis” de leche que la Argentina no iba a consumir, ante una elevada producción y una demanda interna en baja.
“Avanzada la primavera el mercado local se reacomodó, en cierta medida. El primer bloqueo lo sufrió toda la industria chica asociada a muzzarella que fue muy afectada por el cierre de la gastronomía. También, apenas arrancó la cuarentena, el cese de la actividad bancaria complicó bastante las finanzas de estas empresas y de los productores que les entregan.
“Después de un invierno e inicio de la primavera secos tenemos un escenario que toma a los tambos muy embalados en producción, sacando mucha leche, después de dos años con mucho confort en las vacas, con poco barro y una buena relación de precios con los concentrados en los años anteriores, con lo cual las vacas comieron bien y en la producción se está viendo”.
Sin embargo, la foto “es más que compleja” porque el precio de la leche no sube y “la inflación se lo viene comiendo al 3 ó 4% mensual. A eso se le suma en los últimos meses y semanas la suba del tipo de cambio que se aceleró. El 70 u 80% de los gastos directos de los tambos son atados directamente al dólar, los alquileres están atados a los precios agrícolas, con lo cual el precio de leche que en pesos que no acompaña la inflación se desordenó más rápidamente con la suba de los granos y del dólar.
“Desde lo climático creo que a la mayoría de las cuencas las agarra mejor que el último mes, donde en muchos lugares el panorama era dramático. Desde lo productivo los tambos están sacando mucha leche y desde la economía de los tambos la realidad viene compleja. Noviembre, diciembre o diciembre enero son meses en que las finanzas de los tambos por la curva de producción en general son de buena liquidez, pero más allá que haya plata en los bolsillos la cuenta económica viene muy compleja por el deterioro que te comentaba”.
Caída en la rentabilidad
– ¿Se puede hablar de un porcentaje de recomposición del litro de leche necesario para acomodar la situación económica de los tambos?
– En una cuenta rápida, en general con un litro de leche siempre se compraban dos litros de maíz o dos litros de pellets de soja. Con un precio de leche de 24 centavos de dólar, llegando a los 29 centavos los semáforos rojos se apagan y se ponen amarillos o verdes según el caso. Igual hay que tener en cuenta que tranqueras adentro cada tambo es un mundo.
Hay gente que con 24 centavos de dólar subsiste y otros con 27 se funden. Es difícil tirarle al promedio. Hoy está complicada la relación con los insumos y con el precio en dólares para todo.
– ¿Cada vez más se impone más eficiencia y más volumen para compensar este tema de precios?
– En parte sí y en parte no. Más volumen no es sinónimo de más eficiencia ni de ganar más plata. Si naturalmente la gente trata de compensar en volumen lo que no tiene en precio. Pero eso lo hace siempre, no solamente en épocas malas.
Y la búsqueda de eficiencia va más allá de la coyuntura. Las empresas más maduras tratan de hacer las cosas bien tranqueras adentro porque no manejan tranqueras afuera.
En estos escenarios complejos a las empresas que son más eficientes la situación las agarra mucho mejor paradas. En general con encajes tanto de la finanzas o de la alimentación mucho mayores.
Uno no llega a estas coyunturas complicadas con mayor fortaleza de un día para el otro. La lechería es una actividad de procesos, con mucha gente en el medio y alinear todo eso para llegar a niveles de eficiencia alto lleva mucho tiempo. Y sin decir que las empresas que están mejor la pasan bien en estas coyunturas complejas, definitivamente la pasan menos mal que el resto.
– Que país raro: el productor muy fino con los números, las empresas lácteas multinacionales con dificultades, parece que no es negocio para nadie
– Las multinacionales en estos años complejos revisan su portfolio de negocios. Funterra lo revisó hace dos y está vendiendo activos y es la empresa más grande del mundo. Lo que está plantando Danone no lo tomaría como algo dramático o escandaloso en la Argentina. Todas las multinacionales permanentemente están revisando su portfolio y ven donde ganan plata y donde no y eso no es sinónimo de que se vayan.
Sí la macroeconomía, el control de precios y el desorden afectan a toda la cadena. Argentina es un país que por sus condiciones naturales está bendecido para producir forrajes y leche pero lo que la vuelve vulnerable son las condiciones macroeconómicas que hace que las reglas de juego sean distintas a las de colegas de otros países.
Flexibilidad y diseño de activos
– ¿Que le recomendarías al productor argentino dada la situación que se vive?
– Es difícil recomendar en el medio de la tormenta porque tratamos de hacerlo antes. Hoy la realidad es que se nota mejor en estas situaciones a las empresas que han mantenido la flexibilidad en los sistemas productivos. En Argentina hay gente que gana plata pastoreando o con las vacas encerradas; somos en general un país de granos baratos, en este momento no, más allá de la volatilidad conviene producir leche en base a granos también.
No obstante en todo ese rango de distintas estrategias de producción hay algunos sistemas que permiten más flexibilidad y otros menos. Una vaca de 40 litros no se puede enterar que el kilo de maíz vale un litro de leche. En algunos otros sistemas que te permiten en momentos malos pasar de nafta súper a común, tratando de no hipotecar mucho el rendimiento del auto, son activos que en estas situaciones se notan mucho.
La flexibilidad en los sistemas no hay que perderla nunca. Después, la volatilidad en la Argentina hace varios años nos enseñó, aunque no sé si la mayoría de la gente lo aprendió, que en el largo plazo las empresas que crecen patrimonialmente, que progresan, que son más ricas, entendieron que es difícil durante muchos años hacer negocios sin plata en este país.
Podemos discutir en qué rubro o moneda mantenemos aquellos activos que vamos a destinar a la inversión o vamos a hacer más líquidos si los precisamos. Pero la otra recomendación es mantener un buen diseño de los activos en la Argentina, es una sana costumbre.
Hoy se habla de buenas prácticas y demás, pero nosotros vemos en una serie de años larga, una década o dos, las empresas que han pasado sequías, inundaciones, devaluaciones, precios buenos y malos, altas y bajas, sabiendo que la lechería es un negocio de promedios, indefectiblemente tienen un buen diseño de los activos.
Tienen el suficiente capital circulante para amortiguar problemas, son empresas que no crecen más allá de lo que pueden, van a tasas más bajas que otras pero de manera constante. Entonces, todo eso que estamos hablando del diseño de las empresas y sus negocios, va primero que la gestión.
Cuesta gestionar empresas que están diseñadas de una manera que las vuelve vulnerables en estas situaciones, cuesta gestionar negocios que están diseñados mal desde el vamos. Entonces, hoy las empresas que están diseñadas para mantener la flexibilidad en sus negocios y que están diseñadas de una manera en lo patrimonial, económico y financiero, pueden vivir estas coyunturas de una manera menos vulnerable. Creo que son las que hacen la diferencia.
Si tuviera que recomendar, visto la experiencia de los últimos años, que no la inventamos nosotros sino que la enseñan nuestros clientes, hay quienes les ha ido bien, creo que flexibilidad y diseño de la empresa es todo, en este momento se nota.
– ¿Cuál es la relación con Primia y EDP Agro?
– Tenemos vínculos con algunos de los accionistas y gerentes con empresas de las que somos directores en Uruguay e intercambiamos permanentemente distintos aspectos de la lechería. Siempre me ha interesado seguirlos como modelo de empresa familiar.