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Entrevista a Diego Ponti, especialista de mercados ganaderos en AZ Group.

   Escuche a continuación el audio de la nota completa a Diego Ponti.

“Si pudiese elegir adelantaría la película, daría un salto y me posicionaría en el 2021 que lo veo mucho mejor”, afirma Diego Ponti, analista del mercado ganadero en AZ Group.

El especialista, entrevistado por ESPACIO PRIMIA, brindó un panorama pormenorizado de la coyuntura ganadera y del impacto de la situación internacional en la actividad.

– ¿Cuál es la fotografía de la ganadería, hoy?

– Tenemos una ganadería que se está destacando. Tiene la novedad  que presenta precios bastante altos para lo que es invernada para reposición, terneros. Sobre todo llama la atención en el momento del año en que los precios se mantienen con tanta firmeza y que semana a semana se van confirmando los valores. Prácticamente desde la zafra del año pasado, junio, el precio no ha parado de subir y tenés una suba del 81% interanual.

Los precios de venta no acompañan esta suba. Se mantienen desde principios de marzo cuando se disparó la cuarentena; hubo una suba y después se quedaron estables con una leve tendencia a la baja, mientras que la inflación y el tipo de cambio se fueron moviendo.

A continuación compartimos la presentación ganadera – Junio 2020 (click en el botón de abajo)

Razones para las subas

Ponti destaca que esta situación se debe ver desde la macroeconomía del país. “Te corrés un poquito de la ganadería, mirás hacia  afuera y ves que el productor o las empresas que tienen un saldo en pesos no tienen muchas opciones de inversión. El año pasado, con los mismo precios podías defenderte yendo al dólar o a una tasa del banco que en plazo fijo le ganaba a la devaluación esperada, al tipo de cambio y a la inflación. Entonces, si tengo alguna duda y no tengo bien claro el panorama puedo diversificar inversiones y pongo una parte en el banco, otra compro dólares y otra vuelco a la ganadería.

“Esta misma empresa en el 2020 se encuentra que la tasa que te da un banco es del 30% cuando la inflación esperada hacia adelante es del 50%. El dólar que es un refugio de valor para el peso, no es una opción. Tenés cada vez más limitaciones y si podés acceder vía MEP está arriba de los 100 pesos. El ganadero tampoco es amigo de estas herramientas; está bueno mencionarlo como teoría pero el ganadero no es tan amigo.

“Entonces se empezó a mirar a la ganadería como fuente de refugio de valor para estos pesos. Empezó a jugar muy fuerte esta cuestión macroeconómica, con activos que duplicaron la inflación en los últimos 12 meses. Hay un comportamiento psicológico; van todos a comprar terneros y entonces si todos lo hacen por algo debe ser.

“Dentro de la realidad del primer semestre, con un tipo de cambio planchado y una ganadería que seguía actualizando en precios durante el verano, la relación kilos de carne de hacienda en pie con respecto a los insumos dolarizados era muy favorable y entonces muchas empresas se posicionaron en insumos, sembraron verdeos y pasturas, el clima los ayudó bastante, se realizó una inversión y faltaban los terneros que luego se compraron”.

¿Quién convalida esos valores?

Con valores desacoplados de lo que pasa en el mercado interno y en la exportación, la duda inevitable es quien convalida esos precios. “Cuando no hay muchas opciones de inversión en la economía y aparece una viable, que parece interesante, por lo general terminas comprando a un precio elevado y eso es lo que pasó.

“Hay dos expectativas, la de corto plazo es la más complicada. Compré insumos, terneros a un precio elevado, pensando que se va a corregir después en el momento de precio de venta. Pero el feedlotero, que compra un ternero en la zafra y va a salir a faena en el segundo semestre en cuatro meses, por lo general empieza negativo su ciclo de engorde y es algo asumido, después se va corrigiendo y terminas con un margen dentro de lo posible positivo.

“Pero si ves el mercado interno, la noticias, que la situación económica está cada vez peor, hay más desocupados, menos poder de compra, todavía no sabemos cuándo vamos a salir de la cuarentena, volver a plena actividad y sabemos que el 75% de lo que producimos va al mercado interno. Ese mercado interno está golpeadísimo.

“En el corto plazo tenés alto riesgo. En el medio, el fantasma en la ganadería de una devaluación, que cambia todas las relaciones de costo versus precio de venta. La ganadería tarda en actualizarse 6 ó 7 meses, mientras que al día siguiente de la devaluación el precio de maíz ya se actualizó. El que piensa en el corto plazo dice ‘llegan a devaluar y estoy sonado’, porque se disparan todos los costos y no hay tiempo para que la ganadería se actualice en margen y va a perdida.

“Por otro lado, tenés el recriador. Si vende un novillo a cuantos dólares?, al tipo de cambio oficial que no es realizable o al dólar MEP, quizás al precio más barato de la historia en dólares. Entonces, como hace para dolarizar el novillo: una de las posibilidades era calzarse en un insumo importado atado al tipo de cambio oficial. La relación está buena y llegan a junio con muy buena disponibilidad de pasto y para adelante con una expectativa mucho más positiva. Ese actor de la cadena va a recriar durante todo el año, en el verano va a ingresar a un ciclo de terminación a corral y va a salir recién el año que viene al mercado. Entonces, en abril/mayo peor de lo que estamos ahora no vamos a estar. Seguramente va a mejorar la situación internacional, los chinos van a volver a comprar con más fuerza, Europa se va a recuperar, si no se desarrolla la vacuna el Coronavirus no va a ser sorpresa y no creo que tengamos el nivel de parálisis de este año. Le va a dar tiempo a Argentina de mejorar, resolver las cuestiones con los acreedores, que haya una reactivación, entonces se van a sumar kilos baratos a pasto y no va a esta tan expuesto a una devaluación y si esta se produce ahora hay como diez meses más para que la ganadería que se reacomode.

“Otra cuestión a favor para los tiempos largos son las tasas de interés bajas. Aunque te juegan en contra y no conviene poner la plata en el banco, también resta pesos para lo que es ciclo de producción a largo plazo. Hace dos años con una tasa del 80%, los productores y las empresas se quejaban mucho: hacer novillos y estar inmovilizando plata durante 12 meses era imposible igualar a ponerla en un banco o en una Lebac. Ahora, entonces promueve mucho los procesos de engorde y productivos de largo plazo, porque no te pesa tanto la tasa de interés”.

– ¿Hasta cuándo se pueden convalidad precios altos  y que escenario ves para el segundo semestre?

– Para la invernada, como quedó atrás una nueva zafra, no habría fundamento para que los precios bajen. Todo lo contario, porque en el segundo semestre empiezan la fase de menor oferta de invernada y la estacionalidad te dice que en el segundo semestre los precios suben. Ahora así como no bajaron en el primer semestre como era esperable no creo que en el segundo se disparen acompañando la estacionalidad y sigan creciendo. Parte de esa suba se tomó en el primer semestre; lo veo firme, no creo que bajen pero que tampoco acompañe la estacionalidad del segundo semestre, se disparen los precios y que crezca mucho más.

Se van a empezar a cerrar los ciclos de engorde de aquel que compró el ternero a 130 pesos y si no mejoran los precios de venta va a estar en un ciclo negativo. Entonces te va a dar margen para convalidad un precio de reposición más alto todavía.

Si terminás dando vuelta el resultado porque levanta el precio del engorde de terminación y concluiste dando vuelta el resultado, mejoró la actividad, abrieron las parrillas, se recuperó la economía, traccionaron los precios y terminaste con un buen ciclo de engorde, hay menos posibilidad de salir al mercado y reponer con un precio alcista. Es complicado que haya una suba importante de precios en el corto plazo. No va a haber mucho poder de compra para justificar una invernada mucho más alta. Entonces, no la veo bajando pero tampoco subiendo tanto si no mejora el precio de venta.

En lo que es el precio de venta, al consumo interno lo vemos complicado. En algún momento llevando la primavera vamos a flexibilizarnos, los servicios gastronómicos van a trabajar y eso va a dar un impulso a la demanda. Sin embargo, lo vemos en forma gradual.

No veo que el 2020 logre tonificarse para fin de año y tengamos muy buenos precios. Al mercado interno lo veo complicado por eso es importante lo que pase con las exportaciones, que son la válvula de escape para la producción, para que no se caigan los precios en el mercado interno.

Ahí también tenemos que cruzar los dedos y que los chinos empiecen a pagar un poco más de lo que están pagando. Con China no hay problemas de volumen porque se ha exportado un 30% más a pesar del Covid. Sin embargo, viene ajustando por precio y no paga lo mismo del año pasado. Cuando China paga menos hay menos poder de compra de la industria.

Hasta hace poco la Cuota Hilton estaba a un mínimo histórico de 8.000 dólares la tonelada y hoy por suerte ya está entre 12.500 y 13.000. Eso es clave para darle más dinámica y salida a los novillos pesados que hoy estaban sin negocio.

– Un año complicado…

– Si pudiese elegir adelantaría la película, daría un salto y me posicionaría en el 2021 que lo veo mucho mejor. Este año es tratar de pasarla lo mejor posible, aprovechar las oportunidades que hubo, para posicionarse en insumos, financiarse a tasas negativas, para hacer inversiones en infraestructura. Se plantearon muchísimas oportunidades, fue un año de pasarlo y esperar lo mejor para el año que viene.

– ¿Cuál sería su recomendaciones lo que queda del año?

– Aquel que encara un ciclo de engorde con una recría y apunta al año que viene veo al ternero como buen negocio. Para el que está en un ciclo de engorde pensando en el largo plazo y en terminarlo en granos en el verano, lo veo la mejor opción del negocio, con los fundamentos del mercado y lo que puede llegar a pasar en la Argentina y en el mundo.

Cuando le ponemos números y analizamos las distintas modalidades y posibilidades de engorde, el que mejor te da y el de menor riesgo, sobre todo, es el ciclo completo, que se van a terminar en mayo del año que viene con un novillo de 440 kilos que puede ser exportable o ir al mercado interno.

En todo lo que es de corto plazo, el que tiene que hacer el negocio sabe a nivel empresa lo que puede hacer o no. No es tan flexible la ganadería para decir el ternero está caro y no lo compro, hay recursos afectados, gente, infraestructura. No llenar los corrales tiene su costo también, entonces ahí está más complicado. Si tuviera que elegir, no elegiría el corto plazo, sin embargo al que está metido en ese modelo de negocios no le queda otra que tratar de buscar la estrategia, hacer una recría previa, comprar hembras más baratas y venderlas después que no tiene tanto castigo en el precio al momento de la venta. Encontrarle alguna estrategia para no perder tanto en el caso que el ciclo sea negativo.

– ¿Puede haber un cisne negro desde el lado de la política?

– En el marco institucional no veo ninguna medida drástica como un cierre o limitación de exportaciones porque el país necesita las divisas y la ganadería es una generadora genuina de divisas.

Sí, tal vez, por una corrección en los derechos de exportación. Hoy la ganadería a la hora de exportar paga un 9% si llega a haber una devaluación puede ser que te compensen por otro lado subiendo los derechos de exportación.

Quizás alguna mano en el mercado interno en el caso que el día de mañana salgamos de la cuarentena, empecemos a reactivar la economía, haya un poco más de demanda de carne y se disparen los precios. Ahí puede ser que de nuevo el gobierno se siente con los tomadores de decisión de la cadena de la carne y le diga ‘exportá lo que quieras pero por favor déjame los cortes parrilleros a precio de oferta los fines de semana’. Es una intervención moderada, prácticamente de común acuerdo.

Situación de la industria frigorífica

Con respecto a la situación de la industria frigorífica, Ponti resaltó que “es para aplaudir el desempeño que tuvo en el primer semestre. Se faenó más que el año pasado, la exportación creció por arriba del año pasado, nivel pleno de actividad y excelente ejemplo de que se puede compatibilizar los recaudos necesarios dentro del Covid y mantener una actividad económica, fuentes de trabajo”.

Desde el punto de vista económico “la foto” de la industria no es la misma que la del año pasado. “China pagaba 7.000 dólares en noviembre del año pasado y ahora paga 4.400 y encima dólar contra dólar no es lo mismo que en 2019. Se achicó muchísimo el negocio de la industria no por volumen, sino por precio.

“Del lado del productor nos enojábamos cuando la industria tenía sus buenos meses y China compraba todo y pagaba cualquier barbaridad de precio. Decíamos que los frigoríficos se quedaban con toda la plata y no se la devolvían a los productores. Está bueno entender lo corto que son los momentos de bonanza en la vida de una empresa. Tuviste uno o dos años de buenos momentos, después de diez años con una crisis absoluta para la industria exportadora y este año como estamos. Lo frágil que es el negocio y lo corto que son los momentos de bonanza.

“Y en general para la ganadería, más allá de la industria, que es una actividad que se caracterizaba quizás por tener menos márgenes que la agricultura, pero era mucho más estable y tranquila. Se decía gano menos pero duermo más tranquilo. Bueno, la ganadería adoptó mucha de la volatilidad de la agricultura. Tenés clientes que son muy fuertes como China y muy impredecibles, entonces no podés tener esa tranquilidad. Eso afecta a la actividad.

“Entendiendo la situación del contexto actual, la ganadería es una privilegiada como el sector agropecuario en general, se puede seguir trabajando. Podemos estar discutiendo si los precios alcanzan o no, que los márgenes no cierran. Sin embargo la actividad está vigente, la cadena de pagos está funcionando bien, no tiene ningún tipo de alerta. Dentro de lo que es el contexto mundial y local la ganadería se ha logrado defender muy bien. En lo que queda del año es más de pensar en el largo plazo, de reflexionar, de parar la pelota, de invertir con todas las posibilidades que hubo y pensar hacia adelante. Es un año muy de los equipos, veo a las empresas que en esta realidad tan cambiante y con tantas variables las diferencias las vienen haciendo los equipos y no ya las personas, es fundamental.

“Una gran ventaja competitiva de las empresas que plantean estrategias en equipo, con la posibilidad de ser flexibles, tener mayor cintura y poder salir a jugar cada partido al rival que le toca. Esa es lo que voy viendo, con tantos cambios de variables. Los equipos más dinámicos, multidisciplinarios con la posibilidad de analizar en forma sistémica la realidad están sacando muchísima ventaja.

“Al que quiere hacer todo, que depende de sí mismo, lo veo bastante complicado, porque necesitas estar en todo pero no podés. Es un año de parar la pelota, mirar hacia adentro, ver adonde queremos ir, cómo y con qué. Las empresas que estén alineadas están sacando mucha ventaja competitiva y a la larga tendrán una mejor posición cuando todo esto vuelva a la normalidad”, concluyó Ponti.

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