La urea representa un valioso y económico recurso alimenticio para el ganado cuando la única fuente alimenticia son granos y forrajes deficientes en proteínas. Este elemento provee nitrógeno requerido por las bacterias del rumen para multiplicarse.
Matias Aba
La urea granulada es un fertilizante agrícola que a partir de 1950 se incluye en la dieta de ganados bovinos, ya que provee de nitrógeno no proteico para la microflora digestiva del rumen. Varios estudios se desarrollaron a partir de los ‘70 para usar esta fuente de nitrógeno no proteico y conocer sus funciones digestivas y alimenticias. Como objetivo estaba el reducir los costos de producción y mejorar los parámetros productivos, eficiencia y conversión.
Hay que remarcar que la urea no es una fuente de proteína y que su concentración de nitrógeno y rápida descomposición en el rumen permite el crecimiento poblacional de bacterias, las cuales actúan en la síntesis metabólica de sus propios aminoácidos para su reproducción.
Con la muerte de esta microflora tan variada en el tracto digestivo, sus paredes celulares ahora pasaran a ser digeridas y absorbidos casi todos sus componentes, contribuyendo así con aminoácidos, ácidos grasos y vitaminas. Por ello hay que alimentar al animal teniendo cuidado con su flora bacteriana.
Cantidad de urea a suministrar al ganado
Una regla muy difundida en la dosificación de urea es la de suministrar 0.2 gr por cada kg de peso vivo. Entonces si una vaca pesa 500 kg., el consumo diario máximo de esta seria: 500 kg pv x 0,2 = 100g de urea/día. Hay que tener en cuenta que 100 gr. de urea provee 46gr de nitrógeno no proteico.
El límite de toxicidad se ubica en 50 gr. de urea cada 100 kilos de peso vivo. No se debería superar el 1% del consumo de materia seca para tener seguridad.
El mayor problema con la urea es su rápida degradación ruminal la cual es difícil de sincronizar con la degradación de carbohidratos y el crecimiento microbiano, procesos que ocurren más lentamente. La rápida liberación de amoniaco en el rumen ocasiona un uso ineficiente del nitrógeno por los microorganismos. Parte de este amoníaco que no se puede utilizar se absorbe y es transformado a urea en el hígado. Una parte de esa urea de recicla por saliva pero la mayoría se elimina por orina.
Recuerde que la flora del animal no soporta cambios bruscos de nitrógeno por lo tanto se debe dar un proceso de acostumbramiento para no causar intoxicación en los animales.
Cuando la dieta de los animales tiene niveles altos de nitrógeno de alta degradabilidad ruminal, por ejemplo en pastoreo de verdeos, no se recomienda utilizar urea porque eso puede crear una carga de amonio en el rumen y en el metabolismo del animal, perjudicando la utilización de la energía y por consecuencia la producción.
Si el consumo de urea es muy alto, las bacterias van a transformar la urea en amoniaco más rápido de lo que puede ser usado por los microorganismo, el exceso será absorbido a través de las paredes del rumen y trasportado al hígado. El hígado transforma el amoníaco en urea para eliminarlo. Si se pasa la capacidad del hígado para detoxificar, el amoníaco queda circulando en sangre generando alcalosis metabólica que desencadena en los signos de intoxicación. Los síntomas presentados por este tipo de anomalía fisiológica incluyen: inquietud, salivación excesiva, dificultad para respirar, altera la coordinación motora, tremores musculares, acumulación de gases en el rumen, convulsiones, mugidos, rigidez en las patas delanteras y finalmente la muerte.
Una fuente de NNP que complementa tanto la urea granulada con la urea protegida reduce el riesgo de intoxicación causada por la urea granulada y aumenta el espacio para la inclusión de ingredientes en la dieta sustituyendo fuentes de proteína vegetal, las cuales son de costo alto y disponibilidad limitada, mejorando el sincronismo de nutrientes en el rumen sin comprometer el rendimiento animal. Si además le sumamos un complemento vitamínico mineral, ya estamos frente a una alternativa de excelente performance en la liberación de nitrógeno y proveyendo al animal de la dosis necesaria de vitaminas y minerales que necesita. La practicidad y economía de esa alternativa la posiciona como una opción muy recomendable.
Por: Matías Aba, médico veterinario y técnico comercial de Primia